El Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) instaló una sala de crisis para hacer frente a la situación de inundación que afecta a los departamentos de Chocó y La Guajira.
La entidad dispuso para estos dos departamentos 20 mil unidades de bienestarina líquida para la atención inmediata de población infantil afectada, como consecuencia de las lluvias persistentes que se han presentado en las últimas semanas.
En el caso particular de La Guajira, se distribuirán, además, dos toneladas de bienestarina, 500 mercados que incluyen agua, para la zona de la Alta Guajira y 5.280 sachets que permiten potabilizar agua de madera rápida.
Este mecanismo de atención inmediata se activa con la firma del Decreto 1372 de 2024 que declara la situación de Desastre Nacional para hacer frente a la emergencia invernal y permite agilizar la atención a niños, niñas y adolescentes que requieran los servicios del Estado, en medio de la crisis climática.
Entre las funciones de Bienestar Familiar también está hacer un mapeo de los niños, niñas y adolescentes que se encuentran en las distintas modalidades de acogimiento para determinar si necesitan ser trasladados o atendidos de forma especial.
Este 14 de noviembre, la subdirectora general, Adriana Velásquez, se desplazó al Medio Baudó en Chocó, para coordinar las acciones de atención. La directora Astrid Cáceres, por su parte, se desplazará hacia el mediodía de este jueves para hacer lo propio en La Guajira.
En este departamento, informó la entidad, fueron priorizados los municipios de Riohacha, Manaure, Uribia y las comunidades de Bahía Onda, Nazaret, Taguaira, Distracción, y Dibulla. Adicionalmente, habrá 16 unidades móviles dispuestas por la entidad.
En el departamento de Chocó también se dio prelación a los municipios más afectados por el invierno, como lo son Condoto, Unión Panamericana, Alto, Medio y Bajo Baudó, Bojayá, Lloró y Atrato.
Según cifras de la Unidad Nacional de Gestión del Riesgo de Desastres, al 11 de noviembre pasado, solo en Chocó, las lluvias de los días 9, 10 y 11 de noviembre de 2024 inundaron 25 municipios, afectaron a 37.577 familias y 187.885 personas, 4.337 viviendas, 18 colegios y 1.487 hectáreas.
Por lo anterior, sumado a lo que se vive en otras regiones del país, el Gobierno decretó la situación de Desastre Nacional, para agilizar las intervenciones necesarias para atender a la población afectada.