ActualidadNacion

Las tres epidemias que amenazan a América latina

Dengue, sarampión y COVID-19 azotan América latina

La nueva pandemia que afecta el mundo entero encontró en Latinoamérica un panorama distinto, la espera del pico mayor epidemiológico en las próximas semanas y la saturación de un sistema de salud ya colapsado, son algunos de los retos suramericanos que incluso han obligado a replantear dinámicas de control y prevención efectivas en otros lugares del mundo.

Una de estas que esta actualmente activa es la existencia de otras epidemias, como el sarampión o el dengue, enfermedades que ya se encontraban en el continente, enfermedades que al igual que el covi-19, atentan contra la vida de las personas que ahora son un problema mas en medio de la crisis.

“En este momento tenemos varias epidemias simultáneamente: dengue, sarampión y ahora COVID-19”, indico el vicepresidente de la asociación colombiana de infectología, Alfonso Rodríguez, “El coronavirus llegó a un continente que el año pasado reportó 20.554 casos confirmados de sarampión, en por lo menos 14 países, y más de tres millones de contagios de dengue, un aumento del 20 % desde 2015, momento en el que se vivió el brote más alto en la historia de la región”. Añadió.

Para Rodríguez infectólogo colombiano “la epidemia que en este momento podría incrementar la saturación sanitaria sería el dengue, “hay que tomar en consideración el caso de dengue. En el país, en 2019, se reportaron más de 127. 000 casos, de esos cerca de 14.000 evolucionaron a dengue grave”.

El director del Programa de Estudio y Control de Enfermedades Tropicales de la Universidad de Antioquia, Iván Darío Vélez, se adhiere a esta opinión. “En Colombia estamos en una epidemia que está simultáneamente con el COVID-19, y es el dengue. Hasta finales de abril ya íbamos en 50.000 casos en el país”.

Según reportaron los medios locales, en argentina, los casos también aumentaron este año. Hasta el momento los contagios en Buenos Aires bordean los 6.000 infectados. Las autoridades sanitarias de la ciudad señalaron que el 94,8 % de casos no viajaron a un lugar con circulación viral, es decir, que el contagio fue local, algo poco común en la zona. “El brote de dengue comenzó el año pasado en noviembre. Fue un brote de tanta magnitud como en 2016. Incluso en Buenos Aires hubo barrios con muchos casos y eso no es tan habitual”, señaló a El Espectador Ángela Gentile, jefa del Departamento de Epidemiología del Hospital de Niños Dr. Ricardo Gutiérrez de Argentina.

En plena crisis y cuando se juntan varias enfermedades juntas, la saturación del sistema de salud es inminente y podrían aludirse a una enfermedad que no esta relacionada y que realmente pertenece a otra. según Josefina Coloma, investigadora de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de California, consultada por BBC Mundo, pudo haberse presentado en Ecuador, el tercer país con más casos de COVID-19 en el continente. “No tenemos datos específicos, pero pensamos que tiene que ver con lo que se conoce como doble carga. En las tablas epidemiológicas que publica Ecuador, la curva de dengue era muy alta (a principios de año) y de pronto en marzo, cuando empezó el COVID-19 el dengue bajó a cero. Y no es que haya bajado a cero, sino que el sistema de salud se satura y nadie está realmente siguiendo específicamente los casos de dengue”, dijo al medio internacional.

En lugares como Perú, segundo país con más contagios en la región, esta situación también se estaría presentando, y para Cristian Díaz, epidemiólogo de ese país, podría estar influenciada por otro de los retos médicos con el coronavirus: la detección de los síntomas. “Sé que debe haber dengue por ahí, pero al tener sintomatología en un inicio muy similar podrían estar siendo solapados los casos de dengue leve por el COVID-19”, aseguró.

En un estudio por Travel Medicine and Infectious Disease, se determinó que los síntomas con muy relacionados. “Tendremos una alta probabilidad de coinfecciones de ambos virus, con síntomas mixtos, que pueden empeorar la situación epidemiológica en América Latina. Si agregamos la posibilidad de algunos falsos positivos mediante pruebas rápidas de dengue, la falta de consideración de COVID-19 debido a esto tendrá serias implicaciones no solo para el paciente, sino también para la salud pública. De ahí la importancia de desarrollar pruebas rápidas y confiables para SARS-CoV-2 / Dengue en el futuro inmediato”.

Al parecer esta situación afectaría el tratamiento de cada una de ellas, “El suministro diferenciado de medicamentos como el ibuprofeno, con diferente gravedad-COVID19 en Italia y aspirina (contraindicada para el dengue) aumentará la complejidad de la atención médica en las epidemias simultáneas” señala el artículo, aunque otros expertos concluyen que la situación de confundir las dos enfermedades no tendría por que darse con tanta frecuencia, “no creo que haya confusión en las prácticas porque las guías clínicas están muy claras y claramente el circuito COVID es otro porque apunta a un cuadro respiratorio. Así que los circuitos son diferentes y las medidas de control son diferentes”, agregó la epidemióloga argentina Gentile.

“Con la llegada del coronavirus los programas de reacción se han visto afectadosAnteriormente salían los funcionarios a buscar criaderos de mosquitos para evitar la propagación del dengue, pero ya no están saliendo por el otro virus. Desde que empezó la cuarentena hemos visto que la gente no está yendo a los hospitales. Les da miedo consultar, así tengan síntomas de la enfermedad. Quizá las medidas de control para dengue se han visto disminuidas por el brote de COVID-19”, agregó Iván Darío Vélez, experto en enfermedades infecciosas y medicina tropical.

Según la Organización Panamericana de la Salud (OPS), las poblaciones más vulnerables son las más pobres que viven en zonas rurales remotas, barrios marginales de las ciudades o zonas de conflicto. Este tipo de enfermedades como el dengue son mas comunes en regiones donde las condiciones de vida son insalubres.

Para Vélez, “ese tipo de epidemias son especialmente difíciles de superar por la falta inversión en medicamentos o vacunas para protección, el dengue, la leishmaniasis y la malaria son llamadas por la Organización Mundial de la Salud como enfermedades neglected tropical diseases. Es decir, que afectan a mucha población y no les interesan a las farmacéuticas porque son enfermedades de pobres, no son buen negocio”.

le puede interesar:Lo que debe saber para utilizar su carro del 11 al 25 de mayo

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Menu Title