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Las emisiones de potentes gases de efecto invernadero han crecido, contradiciendo los informes de grandes reducciones

Durante las últimas dos décadas, los científicos han estado vigilando de cerca la concentración atmosférica de un gas hidrofluorocarbonado (HFC), conocido como HFC-23.

Este gas tiene muy pocas aplicaciones industriales. Sin embargo, los niveles se han disparado porque se ventila a la atmósfera durante la producción de otro químico ampliamente utilizado en sistemas de enfriamiento en países en desarrollo.

Los científicos están preocupados porque el HFC-23 es un gas de efecto invernadero muy potente, con una tonelada de sus emisiones equivalente a la liberación de más de 12,000 toneladas de dióxido de carbono.

A partir de 2015, India y China, considerados los principales emisores de HFC-23, anunciaron planes ambiciosos para reducir las emisiones en las fábricas que producen el gas. Como resultado, informaron que habían eliminado casi por completo las emisiones de HFC-23 para 2017.

En respuesta a estas medidas, los científicos esperaban que las emisiones globales cayeran en casi un 90 por ciento entre 2015 y 2017, lo que debería haber hecho que el crecimiento de los niveles atmosféricos se detuviera.

Ahora, un equipo internacional de investigadores ha demostrado, en un artículo publicado hoy en la revista Nature Communications, que las concentraciones aumentaron en un récord histórico para 2018.

El Dr. Matt Rigby, coautor del estudio, es lector de Química Atmosférica en la Universidad de Bristol y miembro del Experimento Global de Gases Atmosféricos Avanzados (AGAGE), que mide la concentración de gases de efecto invernadero en todo el mundo, dijo: ” Cuando vimos los informes de enormes reducciones de emisiones de India y China, nos entusiasmaba observar de cerca los datos atmosféricos.

“Este potente gas de efecto invernadero ha estado creciendo rápidamente en la atmósfera durante décadas, y estos informes sugieren que el aumento debería haberse detenido casi por completo en el espacio de dos o tres años. Esto habría sido una gran victoria para el clima”.

 

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