En el Petronio, recordar es beber
Por raro que parezca, Colombia es el único país del mundo donde existe una bebida que es autóctona, ancestral y curativa, antes que espirituosa o agarradora: El Viche, equivalente al Vodka de Rusia, el Tequila de México, el Pisco de Perú, el Whisky de Escocia o el Sake de Japón.
Con el primer lamparazo se calienta el cuerpo, se endulza el paladar y se suelta la lengua para evocar cómo lo preparaban los ancestros afrodescendientes y cómo lo combinaban con hierbas para volverlo medicinal, sacar el frío de las parturientas y amarrar al ser querido, mientras se contaban las anécdotas jocosas de la que cayó rendida con solo olerlo o del novato que se toma una copa y no sabe ni de dónde es vecino.
Para el presidente de Asobares, Manuel Pineda, esta bebida del Pacífico colombiano es tan deliciosa y versátil, que hay que llevarla a todos los establecimientos nocturnos, bares, gastrobares, discotecas y centros de diversión de Colombia y el mundo porque con él se elaboran cócteles internacionales que compiten con los más altos estándares.
Ello quedó comprobado en la Muestra de Bebidas en Vivo que hubo durante la XXVI versión del Festival de Música del Pacífico Petronio Álvarez, que organiza la Alcaldía de Cali, en el que participaron cerca de 50 cocteleros de Cali, Buenaventura, Manizales, Pasto y otras regiones, clasificando 12 a la gran final en la que serán seleccionados dos de ellos.
Ambos clasificados serán promocionados en todas las cartas y menús de los establecimientos nocturnos y en el Congreso Nacional de Bares a realizarse el 24 de noviembre en Cali, en Mulato Cabaret.
Todo, porque los expertos catadores saben que degustar un Viche combinado con crema de lulo, coco o maracuyá, es sensacional; con hielo, es refrescante; con chontaduro o borojó es afrodisiaco y con los secretos de la selva del Pacífico se convierte en arrechón, tomaseca, curao, pipilongo, tumbacatres, caigamos juntos, siete polvos, parapicha, quitacalzones y otros ruborizantes nombres que, según los propios destiladores, sirven hasta para la hoja de vida.
