Santa Marta, 9 de noviembre de 2025
La próxima cumbre entre la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) y los miembros de la Unión Europea, que tendrá lugar en Santa Marta, en Colombia, los días 9 y 10 de noviembre, llega en un momento poco favorable para la gobernanza mundial, la seguridad internacional y el cambio climático.
El orden internacional basado en un sistema normativo se resquebraja. Los conflictos atroces, lejos de resolverse bajo la política de “paz mediante la fuerza” de la administración de Trump, es la regla general en la mayoría de las regiones, especialmente en África. Mientras el mundo debería acelerar la descarbonización, el progreso climático se ha estancado.

Estos son acontecimientos preocupantes, pero la Celac y los países de la UE están comprometidos y tienen la capacidad de corregir esta situación. Puede que el gobierno estadounidense haya dado la espalda al multilateralismo y al consenso científico sobre el cambio climático, pero nuestros países no lo han hecho.
Como copresidente de la Cumbre de este año junto al presidente del Consejo Europeo, António Costa, es fundamental que con optimismo y unidad, frente al negacionismo y a la división imperante, se guíen nuestras deliberaciones. Está claro, que la Celac y la UE, en conjunto, representan más del 21 % del PIB mundial. No somos árboles sin raíces sometidos a la merced del viento. Debemos aguantar a pesar de la tormenta.
La protección y la defensa del medio ambiente y de los pueblos indígenas han sido los pilares de mi presidencia y una preocupación constante. Por esto, mi gobierno no ha otorgado ninguna licencia nueva para la exploración de petróleo y gas. La energía solar y eólica representan actualmente más del 9 % de la producción total de electricidad en Colombia, frente al 1,5 % en 2022. Un momento de orgullo durante mi presidencia fue la suscripción de un decreto que consagró los derechos de las comunidades indígenas para otorgarles la gobernanza ambiental de sus territorios.
El gobierno colombiano comprende, al igual que nuestros colegas de la UE, que debemos anteponer la vida al capital fósil. Es una falacia absurda creer que quemar combustibles fósiles es barato. Pensar lo contrario es restarle valor a la vida de miles de millones de personas —generaciones presentes y futuras— en el Sur Global.
Mi lucha por un mundo más justo, donde la vida es lo más valioso, no se ha visto mermada por el reciente ataque del gobierno estadounidense contra mi mandato y nuestra nación. El 19 de octubre, el presidente Donald Trump me etiquetó como un “líder del narcotráfico”. Me sancionó y amenazó con suspender la ayuda a los colombianos que siguen luchando valientemente contra el insidioso narcotráfico.
Colombia rechaza esta calumnia proveniente de uno de nuestros socios más importantes en lo económico, diplomático y cultural—a cuyos ciudadanos consideramos amigos— y desestimo las medidas absurdas tomadas en mi contra que reflejan una maniobra política. La verdad siempre debe prevalecer sobre todas las cosas.
De hecho, mi administración ha logrado incautaciones récord de cocaína. Las fuerzas militares de nuestro gobierno decomisaron 1764 toneladas de cocaína entre agosto de 2022 y noviembre de 2024, seguidas de otras 601 toneladas entre enero y agosto de 2025. Bajo mi política de Paz Total, continuamos nuestros esfuerzos para que las organizaciones criminales comparezcan ante la justicia.
Esto no es tarea fácil, dado que las cuentas bancarias y los arsenales de los criminales son alimentadas por el dinero del narcotráfico proveniente de decenas de millones de consumidores de cocaína en Occidente.
El apoyo del gobierno estadounidense fue crucial en esta pelea. Independientemente de la postura de la administración actual, seguiré impulsando una política de lucha contra el narcotráfico y de seguridad integral que beneficie tanto a colombianos como a los estadounidenses.
Para compensar la ausencia de apoyo, la cooperación con nuestros socios de la UE y otros en la lucha contra el narcotráfico mundial será más esencial que nunca.
Entre 2021 y 2024, la UE aportó 180 millones de euros a Colombia a través de su instrumento de Europa Global, “Neighbourhood, Development, and International Cooperation”. El bloquede la UE reconoce que el enfoque de mi gobierno frente al narcotráfico y la delincuencia, basado en el proceso de paz, el desarrollo regional y la aplicación de la ley junto con la reducción de daños, es el instrumento correcto y justo.
La tristemente célebre “guerra contra las drogas” fracasó . Para abordar los desafíos actuales, demandamos un enfoque más mesurado, que se base en el principio fundamental del respeto a los derechos humanos, tal como lo declaró en julio de 2023, la Comisión de Derechos Humanos de la ONU, a solicitud de Colombia. Además, acciones como el uso desproporcionado de la fuerza mediante el lanzamiento de misiles contra pobres pescadores en el Caribe violan los tratados internacionales de derechos humanos.
Seamos firmes en nuestras convicciones. Los intereses de la humanidad se sirven mejor mediante la cooperación, no mediante una política de antagonismo que busca dividir el mundo en lamentables esferas de influencia, dominadas por modernos amos coloniales. Colombia, con su enfoque la tolerancia y el progreso, siempre estará del lado correcto de esta inminente división.
Gustavo Petro Urrego
Presidente de la República de Colombia
Columna publicada en la revista Time
