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‘Recordaré el 14F como el día en que, por primera vez, un presidente se acordó de su pueblo’

El acto de socialización y pedagogía de las políticas del Gobierno del Cambio al que invitó el Presidente Gustavo Petro convocó, la tarde del martes, a más de un millar de personas en la Plaza de Armas de la Casa de Nariño, mientras que millones más siguieron en la televisión y en las redes sociales las palabras en las que el Mandatario dio cuenta de los proyectos de ley que puso y que pondrá a consideración del Congreso.

Las puertas de la Plaza de Armas, que por años permanecieron cerradas al público, volvieron a abrirse la tarde de este martes para recibir a entusiastas colombianos venidos de distintos rincones del país. Entre la multitud, que ingresó de manera ordenada y en medio de un ambiente festivo, confluyeron colombianos de todo tipo al que les unió el interés de escuchar el mensaje del Primer Mandatario.

“Yo vengo desde Villeta (población de Cundinamarca) para atender la invitación de mi Presidente. Por Twitter vi que él estaba convocando y de inmediato le dije a mi mujer: ‘Aliste a los chinos que Petro nos está invitando a su casa”, aseguró Eulogio Castaño, conductor de vehículo de servicio público, de 39 años de edad, uno de los primeros colombianos en ingresar a la Plaza de Armas.

“Para nosotros es un sueño cumplido estar acá. En toda mi vida no recuerdo que otro presidente nos haya invitado a nosotros los de a pie a venir hasta su casa a rendir cuentas sobre su trabajo como Presidente. Le confieso que yo no voté por él, pero ahora que es nuestro Presidente me parece la berraquera que nos convoque y nos dé la cara. Recordaré el 14 de febrero como el día en que, por primera vez, un presidente se acordó de su pueblo”, añadió Castaño.

Mireya, su esposa –quien aclara con ahínco que ella sí le dio su voto a Petro, mientras carga en brazos a su hijo Camilo de 18 meses– aseveró: “Es increíble todo lo que ya ha hecho nuestro Gobierno. Y eso que aún ni hemos cumplido los seis meses en el poder. Estoy feliz de haber votado por nuestro Presidente y de no haberme equivocado. En tan poco tiempo ya ha presentado muchas de las reformas que prometió. Ojalá lo dejen ayudarnos a los pobres”.

Las declaraciones de esta pareja de esposos transcurrieron en momentos en que seguían ingresando cientos de personas al lugar y en medio de una soleada y agradable tarde bogotana. El calor que emanaba del cielo sin nubes era regulado por las suaves corrientes de aire fresco provenientes de los cerros orientales, que resguardan a la capital del país.

“Soy un trabajador de la salud y estoy aquí en apoyo a la decisión del presidente Petro de que los recursos no los sigan manejando los privados, sino que los dineros públicos lleguen a las instituciones prestadoras de salud y no a las EPS”, señaló, a su turno, Diego Barquero, de la Asociación Nacional de los Trabajadores de la Salud (Anthoc).

Con un instrumento musical, banderas de Colombia y una sonrisa permanente, María Teresa Lopera, estudiante universitaria, repartía abrazos a desconocidos. Dijo que esa era su manera de aportarle a la reconciliación de Colombia.

“Los colombianos debemos comprender que la Paz Total no puede hacerla solo el Gobierno. El Presidente Petro es un señor muy importante y poderoso, pero no va a lograr conseguir la paz si nosotros, el pueblo, no le ayudamos. Tenemos que abrazarnos, con todos. Así no piense como yo, esa otra persona también es colombiano y también tiene necesidades y derecho a ser feliz”, dijo.

La muchacha, que se declara orgullosa de haber nacido y vivido toda su vida en Bogotá, no siente vergüenza de preguntarles a desconocidos aspectos relacionados con su gusto por la música y la comida colombiana o si son seguidores de la Selección Colombia de fútbol –la de hombres y la femenina–, o si se sienten orgullosos de los artistas colombianos o si les gusta el Café de Colombia, los ciclistas, las esmeraldas, el oro del país y otras maravillas.

“Son preguntas a las que la gran mayoría me responden que sí, que sienten amor y conexión por la patria. Entonces, allí es mi oportunidad para decirles: ‘¡Sí ve? Usted y yo, independientemente de las opiniones que podamos tener sobre muchos aspectos, tenemos un común denominador, y es gracias a que sentimos lo mismo y amamos lo mismo, que merecemos darnos un abrazo. Ese, pienso, es mi modesto aporte a la Paz Total de Petro”, concluyó.

El Presidente Gustavo Petro hizo su aparición en el balcón del segundo piso del ala norte de la Casa de Nariño, a las 5:05 p.m. Lo hizo en compañía de su esposa, la Primera Dama, Verónica Alcocer, y su hija menor, quienes vestían la camiseta de la Selección Colombia. Los cánticos, las banderas y los aplausos coparon el lugar entre las casi dos mil personas que ya estaban presentes a esa hora. Y seguían ingresando más por el costado occidental de la Plaza.

Durante el tiempo que duró el discurso presidencial, una hora y 26 minutos, los presentes expresaron sus voces de respaldo. Y todo fue armonía. El equipo dispuesto por la Alcaldía de Bogotá –conformado por 260 gestores de diálogo, 237 agentes de tránsito y más de 1.500 policías en las calles–, tuvieron una jornada muy tranquila.

A las 6:15 de la tarde, cuando la tarde ya llegó al ocaso, el Presidente concluyó su explicación con pormenores de los proyectos presentados al Congreso y la invitación a que, como nación, los colombianos busquemos el bienestar común y demandemos con vehemencia que los derechos humanos y el acceso a los servicios de salud, pensión y trabajo estén por encima de los intereses personales de algunos. Sus palabras quedaron grabadas en la mente de los asistentes.

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