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La historia de la celadora retenida en un edificio en el barrio Rosales

La administradora del edificio obligaba a Edy Fonseca a dormir en un sillón y a alimentarse con 15.000 pesos diarios.

28 días estuvo encerrada la celadora Edy Fonseca en el edificio Rosales en Bogotá, con la excusa de que por la cuarentena los administrativos no la podían dejar salir del lugar porque debía permanecer prestando su servicio de vigilancia.

La señora Fonseca es una mujer de 51 años, es madre cabeza de familia, tiene tres hijos y ya es abuela. Es vigilante desde hace tres años y desde hace uno trabajaba en el edificio Luz Marina, donde estuvo retenida durante casi un mes por orden de Óscar Osorio Rojas, presidente del consejo de administración, y María Fernanda Vargas, administradora del edificio.

Con tan solo 15 mil pesos la señora Edy Fonseca debía sustentarse diariamente.

“Con este dinero pedía un almuerzo que le costaba $ 11.000 y por el que pagaba $ 4.000 de domicilio, le tocaba hacerlo rendir para las tres comidas”, cuenta Nixon Adriano Forero, su abogado.

El 25 de marzo los administrativos Óscar Osorio Rojas y María Fernanda Vargas, la obligaron a trabajar sin relevo los siete días de la semana día y noche.

“Dormía en un sofá, mi turno comenzaba a las seis de la mañana y terminaba a las nueve de la noche, pero si durante la madrugada llegaba algún domicilio o algún residente, me tenía que levantar a abrir”, expresa la celadora.

En varias oportunidades pidió permiso para visitar a su familia, pero la respuesta siempre fue que no podía irse.

 “Mis nietos me preguntaban que por qué no volvía a la casa, me decían que cuándo iba a llegar”, dice Edy llena de dolor.

El 2 de abril, Brayan Stiven Ortigoza, un sobrino de la vigilante falleció y pidió nuevamente que la dejaran salir, pero nuevamente le dijeron que no.

Estar bajo encierro, estrés y los maltratos le causó secuelas y enfermedades como parálisis facial, problemas intestinales, azúcar, problemas respiratorios, entre otros.

“Cada día me enfermaba más, cuando algunos residentes me preguntaban, la única respuesta era que hablara con la administradora y ella siempre me decía que no podía salir. Nadie intervino por mí”, expresó la vigilante.

El 23 de abril, por fin se acabó el sufrimiento de estar encerrada, un copropietario del edificio la encontró en la portería en grave estado y llamó a una ambulancia.

Al llegar la ambulancia Edy fue auxiliada y en ese momento, según comenta al canal CITY TV, llegó Óscar Osorio y le dice que por haberlos metido el problemas se quedaba sin trabajo.

“Me colocó oxígeno, le conté que no había visto a mi familia en un mes, que no me lo habían permitido; en ese momento se acercó Óscar Osorio y me dijo que yo los había metido en problemas, que ya no contara con mi trabajo”.

Luego de ser revisada en la Clínica Palermo, fue enviada a su casa para seguir con los cuidados requeridos ya que se encuentra en estado delicado, por su parte el abogado de la vigilante, Nixon Adriano Forero, afirma que adelante un proceso legal para exigir justicia.

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