El Equipo de Intervención de Fachadas del IDPC removió depósitos en seco, detuvo el deterioro biológico, retiró grafitis, entre otras acciones. La Santamaría, con su ladrillo a la vista, vuelve a decirnos que la materia también narra.
En Bogotátrabajamos para cuidar el patrimonio cultural de la ciudad. El Instituto Distrital de Patrimonio Cultural (IDPC), tres semanas después de iniciar trabajos, concluyó la limpieza y consolidación de la fachada principal de la Plaza Cultural La Santamaría.

“La preservación y valoración de La Santamaría constituye una responsabilidad colectiva que trasciende las opiniones sobre su uso específico. Su condición de patrimonio arquitectónico y urbano la posiciona como un legado invaluable que debe ser conservado, estudiado y aprovechado en beneficio de las presentes y futuras generaciones de bogotanos”, comentó Diego Parra, director del IDPC.
El Equipo de Intervención de Fachadas del Instituto Distrital de Patrimonio Cultural (IDPC) removió depósitos en seco, detuvo el deterioro biológico, retiró grafitis, recuperó carpinterías metálicas y consolidó el ladrillo. Permitiendo que se vuelven a percibir texturas, juntas, ritmos y tonalidades propias del material, lo que mejora su desempeño frente al clima y reduce la necesidad de correcciones más costosas en el futuro.
“Hay muchas memorias familiares en torno a la plaza y a lo que significó para Bogotá, política, cultural y arquitectónicamente. Creo que todos, en algún porcentaje, tenemos una conexión con la plaza o con su entorno —las Torres del Parque, el Planetario—, y poder devolver esa calidad arquitectónica neomudéjar, que es de las pocas a esa escala en la ciudad, es muy representativo”, aseguró Diego Martin, arquitecto en Conservación y Restauración, Programa de Intervención de Fachadas del IDPC.
A continuación te compartimos un post de Instituto Distrital de Patrimonio Cultural relacionado con la limpieza y consolidación de la fachada principal de la Plaza Cultural La Santamaría:
Lo que deja esta intervención
- Un rostro legible. Se recupera la lectura del diseño neomudéjar y del ladrillo como soporte técnico y estético.
- Mantenimiento preventivo. La consolidación y la limpieza selectiva reducen riesgos y prolongan la vida útil de la envolvente.
- Valor pedagógico. La obra visibiliza la cadena de saberes artesanales y los criterios de conservación que sustentan la arquitectura bogotana.
- Memoria compartida. Se habilita una apropiación menos polarizada del inmueble, entendiendo su valor urbano y arquitectónico más allá de debates de uso.
Con acciones como esta, el Instituto Distrital de Patrimonio Cultural (IDPC) reafirma que conservar también es contar. Cada intervención abre preguntas sobre cómo vivimos, miramos y transformamos la ciudad. La Santamaría, con su ladrillo a la vista, vuelve a decirnos que la materia también narra.
