Internacional

Hombre causo el pánico en el centro de Sidney al atacar con cuchillo a varias personas

Un hombre con un cuchillo mató a una persona e intentó agredir a otras el martes en el centro de Sídney, en Australia, antes de que fuera neutralizado por varias personas que presenciaron el incidente, según explicaron testigos.

La policía dijo que un hombre de 21 años, oriundo de esa misma ciudad, aparentemente con antecedentes de enfermedades mentales, mató supuestamente a una mujer de más o menos la misma edad en una residencia, antes de abalanzarse a las calles del centro.

Un inspector de policía de Nueva Gales del Sur dijo que no tenía vínculos con organizaciones terroristas, pero que tenía una llave USB con detalles de los ataques supremacistas en Estados Unidos y Nueva Zelanda.

Megan Hales, una testigo de la escena, explicó a la AFP que vio a un hombre con un gran cuchillo de cocina persiguiendo a varias personas en un concurrido barrio de negocios del centro de Sídney, poco después del mediodía. Una mujer de 41 años que resultó herida se encuentra ahora estable.

Cuatro de las personas que salieron a su caza son Alex Roberts, de origen colombiano, y los británicos Lee Cuthbert y Paul y Luke O’Shaughnessy, todos trabajadores de una consultora de contratación que salieron corriendo de su oficina del cuarto piso para detener al agresor.

“Abrimos la ventana y vimos al tipo empuñando un cuchillo y saltando” encima de un coche, contó a la AFP Paul O’Shaughnessy, exjugador profesional de fútbol. Convencido de que se trataba de un ataque terrorista, su hermano Luke, campeón de boxeo tailandés, encabezó la persecución.

“Todos bajamos corriendo del edificio y lo perseguimos por la calle”, dijo Roberts. “Sentíamos una especie de pánico, nadie sabía realmente lo que estaba pasando”, agregó. “No era un martes por la tarde normal”.

Cuthbert señaló que Luke, con la ayuda de otro hombre, “consiguió tirarlo al suelo y bloquearlo” con sillas y una caja, hasta que llegó la policía.

La policía dijo por su parte que, aunque había informaciones que indicaban que el atacante gritó “Allahu Akbar” (“Alá es el más grande”) y “¡dispárenme!”, no estaba claro que hubiera un móvil político.

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