El erotismo en la menopausia puede ser beneficioso para las mujeres
Se suele pensar que la edad y la llegada de la menopausia pueden influir en que las mujeres pierdan el deseo sexual e incluso sea una dificultad para el disfrute sexual, sin embargo la ciencia confirma que esta teoría no es cierta.
Se pone en la mesa el ejemplo de la estrella de cine Jane Fonda, quien a sus 80 años asegura no haber perdido su deseo sexual y que incluso ahora lo disfruta mucho más.
La psicóloga y escritora Anna Freixas, que en su último libro ‘Sin reglas’, desmonta una serie mitos y tabúes muy arraigados sobre la sexualidad de las mujeres mayores, basándose en estudios científicos y los testimonios de 729 mujeres a las que ha encuestado.
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Ese análisis de investigaciones científicas de la doctora y de información brindada por mujeres entrevistadas entre 50 y 83 años, independientemente de su sexualidad, heterosexuales, bisexuales y lesbianas, que hablan sobre sus deseos y evalúan su propia experiencia erótica, evidencia que “la sexualidad en la madurez es una experiencia múltiple y diversa, en la que no hay reglas” asegurando que “El deseo es el deseo, antes y después del cese de la menstruación, así que no hay un deseo ‘x’ antes de la menopausia y un deseo ‘y’ después de la menopausia”.
Muchas de estas mujeres aseguran que con la llegada de la menopausia se supera ese miedo de quedar embarazadas después de una relación sexual e incluso el temor de tener interrupciones inesperadas en medio del acto sexual se supera, ya que los hijos ya son bastante grandes o ya no viven en la misma casa, lo que se convierte en un plus para disfrutar aún más del sexo.
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Sin embargo se afirma que una característica de una buena actividad sexual incluso en una edad adulta para una mujer depende también de las circunstancias de su vida, si tiene o no una relación estable, su salud, la satisfacción vital y la energía que le ponga a las actividades diarias.
Para la doctora, hay mujeres que viven una vida sexual plena y satisfactoria, porque disponen de una pareja con la que tienen una buena relación y otras que pueden o no desear tener relaciones y que están bien como están.
Según el estudio de Freixas, es verdad que se produce una disminución clara, pero de la actividad sexual, no del deseo, y a partir de los 60 años, mayor en mujeres heterosexuales que en lesbianas o bisexuales, algunas mujeres “incluso aprovechan el momento para replantear su erotismo, bien descubriendo nuevos aspectos en sus compañeros habituales, bien buscando otros, bien reorientando sus intereses sexuales de manera que encuentran en otras mujeres la posibilidad de un nuevo desarrollo de su sensualidad”
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