Daños irreversibles por deforestación en dos parques naturales de Colombia

La Serranía de La Macarena y el Parque Nacional Natural Tinigua ambos ubicados en la cordillera oriental en el departamento del Meta han perdido gran parte de su fauna vegetal gracias al ser humano.

La deforestación, ganadería, apertura de vías e incendios, entre otros factores, causan daños que pueden resultar irreversibles para estos parques que han sido importantes pulmones medioambientales para Colombia.

Nicolás Pérez, geógrafo y estudiante de la Maestría en Medio Ambiente y Desarrollo de la Universidad Nacional, aseguró en entrevista con la revista Semana Sostenible, que el proceso de degradación es una disminución de las condiciones físico-bióticas hasta un punto de no retorno, o irreversible.

“Las formas como nos relacionamos con estas zonas no solo se evidencian en esas perturbaciones que a menudo salen por televisión, como la deforestación, sino también con las representaciones y percepciones que tiene la gente sobre su evolución. Han pasado 30 años y los pastos no se han renovado, han seguido siendo pastos; y, por otro lado, mientras en 1985 teníamos un parche de 15.000 hectáreas de bosque, ahora es de 5.000 hectáreas, lo que riñe con todo el discurso y la política medioambiental del país de disminuir la deforestación”, indicó el geógrafo.

Este panorama no solo afecta estos parques naturales sino también a los indígenas y campesinos que habitan en zona, ya que cargan con la responsabilidad de conversar estos ambientes, sin embargo, para el gobierno por ejemplo no se tienen en cuenta y se les restringe el derecho a disfrutar de sus propias tierras:

“Así, a estas comunidades se les ha planteado una serie de restricciones por encontrarse en áreas protegidas en las que no pueden cultivar, pero tampoco se les presenta ninguna alternativa, lo que genera conflictos que pueden escalar a violencia”. Afirma Nicolás Pérez.

De acuerdo a eso no se generan daños medioambientales que no son responsabilidad de nadie hasta el momento, y adicional se sigue dejando de lado a los campesinos e indígenas que son los principales protagonistas y afectados.