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Cruzeiro bajó por primera vez a la segunda división de Brasil

Cruzeiro, uno de los grandes del fútbol brasileño, descendió este domingo a la Serie B por primera vez en su historia, consumando un segundo semestre desastroso en el que se unieron una grave crisis financiera y un mal rendimiento de un equipo lleno de figuras.

El equipo de Belo Horizonte, la capital del Estado de Minas Gerais, llegó agonizando a la 38ª y última jornada del Brasileirao, en la que necesitaba ganarle al Palmeiras y esperar la derrota del Ceará contra el Botafogo para salvarse.

Ninguna de ambas opciones se concretó, al perder el Cruzeiro 2-0 en casa contra el Palmeiras y empatar el Ceará 1-1 en su visita a Rio de Janeiro.

El partido del Cruzeiro terminó sin llegar a jugarse todos los minutos de descuento al pitar el árbitro el final por los incidentes en la grada protagonizados por la afición mineira.

Nadie imaginaba el fatal desenlace para este equipo, fundado en 1921 y sostenido por una historia con dos Copas Libertadores en su haber (1976 y 1997), en el que brillaron leyendas como Tostao (1963-72) o los argentinos Roberto Perfumo (1971-75) y Juan Pablo Sorín (2000-02).

Cuatro veces ganador del Brasileirao (es el único equipo que venció dos veces consecutivas en esta década, en 2013 y 2014) y máximo ganador de la Copa de Brasil, con seis trofeos, el Cruzeiro empezó el año confiado en la misma base de jugadores con la que ganó en 2017 y 2018 la Copa de Brasil.

La cosas fueron al principio sobre ruedas: el equipo azul conquistó el campeonato Mineiro por segundo año consecutivo y fue, junto con Palmeiras, el mejor equipo de la fase de grupos de la Copa Libertadores, con 15 puntos.

La plantilla estaba apuntalada por internacionales como Fred, Thiago Neves, Dedé, Rodriguinho, el argentino Ariel Cabral o el colombiano Luis Orejuela; o jugadores de gran experiencia como Fábio, Henrique, Robinho, Edílson, Egidio, Dodó, Pedro Rocha o Sassá.

– Víacrucis –

El vía crucis de Cruzeiro empezó exactamente el 30 de julio, cuando cayó eliminado en octavos de final de la Libertadores contra River Plate, en la tanda de penales.

Una semana más tarde, perdió en casa en la ida de las semifinales de la Copa de Brasil contra el Internacional y ello provocó la destitución del técnico Mano Menezes.

“El Cruzeiro tiene muchos jugadores con experiencia, veteranos, pero en 2019 no logró rendir como la afición esperaba”, dijo a la AFP el periodista Guilherme Piu, del diario Hoje em Dia y comentarista deportivo en la Radio 98 FM, de Belo Horizonte.

“Con salarios muy elevados pero con algunos jugadores sin el nivel técnico que los justifique, no rinden por la edad avanzada o por los problemas administrativos fuera del campo”, agregó.

“Este año, un reportaje de televisión mostró irregularidades de la directiva y varios de sus miembros son investigados por desvío de dinero, operaciones con contratos fraudulentos, desvíos del club (…). Esta situación influyó en el campo, porque faltó dinero para pagar a los jugadores”, prosiguió Piu.

La crisis se agravó y tras la partida de Menezes, Cruzeiro tuvo tres entrenadores en menos de cuatro meses.

El legendario exportero Rogério Ceni, quien estuvo poco más de un mes en el banquillo, se marchó tras enfrentarse con varios jugadores.

Le sucedió el veterano Abel Braga, que renunció finales de noviembre tras perder en casa 1-0 contra el CSA, rival directo en la lucha por el descenso. La última carta fue el exjugador y extécnico del club Adilson Batista, que no logró el milagro.

“El Cruzeiro de 2019 es la cara de desorganización, del desorden, de la irresponsabilidad de sus dirigentes. Lo que sucede este año es reflejo de gestiones malas e irresponsables desde el comienzo de la década. En los últimos años, apenas uno terminó con superávit”, explicó Piu.

El futuro no se presenta muy fácil.

Cruzeiro tiene “una deuda millonaria, le debe a otros equipos y al fisco brasileño. (…) tendrá que reestructurarse bastante para tener una temporada en 2020 más tranquila”, comentó.

Con el descenso del Cruzeiro, apenas quedan tres equipos que nunca bajaron a la Serie B del Brasileirao: Flamengo, Santos y Sao Paulo. El gran rival del Cruzeiro, el Atlético Mineiro, también de Belo Horizonte, también sufrió un descenso a segunda división, en 2005.

El campeón del Brasileirao este año fue el Flamengo, que logró el título nacional un día después de haber conquistado la Copa Libertadores ante el argentino River Plate (2-1) en la primera final única del certamen, que se jugó en Lima.

También descendieron este año a la segunda división el Chapeconese, casi tres años después del accidente aéreo en Colombia en el que murió la mayoría del plantel, así como el Avaí y el Centro Sportivo Alagoano (CSA).

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