Internacional

Al menos 27 muertos dejaron dos ataques contra policías en el sur de Yemen

Al menos 27 personas, en su mayoría policías, murieron este jueves en dos violentos ataques, uno de ellos reivindicados por los rebeldes hutíes, contra fuerzas entrenadas por Emiratos Árabes Unidos en Aden, en el sur de Yemen, tras un periodo de relativa calma.

Los rebeldes hutíes dijeron, a través de su canal de televisión Al-Massirah, haber usado en el ataque un misil y un dron, dirigiéndose a un desfile organizado en el cuartel con motivo de la graduación de policías recién formados.

Según los primeros informes, un alto grado de la policía, el general Munir al-Yafyi, murió en el ataque, al ser alcanzado por esquirlas del misil que cayó cerca de una tribuna. Había cadáveres en el suelo entre 30 y 35 personas muertas o heridas. Cerca del gran cráter causado por el misil, el cuerpo de una de las víctimas fue cubierto con una pancarta, utilizada en el desfile, agregó.

Poco antes, en el barrio Sheikh Othmanun, en el centro de Aden, un coche bomba explotó a la entrada del cuartel general de las fuerzas del orden, en un ataque atribuido por responsables de seguridad a los yihadistas.

La ONG Médicos sin Fronteras (MSF), que gestiona el hospital adonde fueron llevadas las víctimas, afirmó en Twitter que “diez personas murieron” y 16 resultaron heridas, dos de ellas de gravedad. Un primer balance había reportado tres muertos. El ataque se produjo cuando los policías se reunían para saludar la bandera nacional, según funcionarios de seguridad.

Calma relativa

Los dos ataques se dirigieron contra las llamadas fuerzas del “Cinturón de Seguridad”, entrenadas y equipadas por Emiratos Árabes Unidos, uno de los pilares de la coalición militar encabezada por Arabia Saudita, que interviene desde 2015 en Yemen contra los rebeldes.

A inicios de julio, Emiratos Árabes Unidos anunció su intención de reducir sus tropas en Yemen para pasar de una “estrategia” de guerra a una lógica de “paz”.

En los últimos años, Aden, donde tiene su sede el gobierno yemenita reconocido por la comunidad internacional luego de que los rebeldes hutíes tomaron Saná, ha sido escenario de una serie de atentados mortales, reivindicados por el Estado Islámico y Al Qaida.

Pero los ataques de este jueves ocurren tras un periodo de calma relativa en la ciudad puerto del sur, donde el último atentado suicida se había registrado el 24 de julio de 2018.

El problema en Yemen

Yemen, el país más pobre de la península arábiga, vive un sangriento conflicto desde que en 2014 los rebeldes hutíes chiitas, apoyados políticamente por Irán, tomaron Saná.

Desde 2015, las fuerzas progubernamentales, ayudadas por una coalición liderada por Arabia Saudita, tratan de expulsar a los insurgentes de las regiones conquistadas en el norte, el oeste y el centro del país.

Más de cuatro años después de la intervención de la coalición, los hutíes siguen controlando grandes zonas del oeste y el norte. El sur de Yemen está principalmente bajo control de las fuerzas progubernamentales.

El conflicto en Yemen ha costado la vida a decenas de miles de personas, incluidos muchos civiles, según varias organizaciones humanitarias. Unas 3,3 millones de personas están desplazadas.

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