Rafael Nadal se consagro campeón de Roland Garros

La intensidad no baja con los años, de hecho parece aumentar. Se mantiene la garra, de correr por todo lado y por todas las pelotas, la misma que mostró en 2005 cuando, con 19 años, superó al argentino Mariano Puerta para levantar su primer trofeo en Roland Garros.

Este domingo, 14 temporadas después de ese acontecimiento, Rafael Nadal festejó como si apenas fuera su primera corona, no la número 12, dejándose caer en la cancha, untándose de la arcilla de la Philippe Chatrier, la pista que se convirtió en su preferida, la que hoy en día lo inmortaliza como el mejor tenista sobre tierra de toda la historia.

El español, el número dos del mundo, superó en la final a Dominic Thiem en cuatro sets, con parciales de 6-3, 5-7, 6-1 y 6-1 para festejar una vez más en el segundo Grand Slam de la temporada, en el torneo que gana con la misma vehemencia desde 2005, en el que demuestra que en esa superficie es casi que imbatible.

Y eso que tuvo que trabajar a tope para vencer a un rival que lo puso en aprietos, que se atrevió a robarle el único set en todo el certamen, que por momentos lo puso en aprietos. Sin embargo, al austriaco se le fue agotando la gasolina, o más bien la esperanza, porque con cada golpe Nadal dinamitó esa ilusión de ir por más de su oponente.

Y llegaron los reveses cruzados, las bolas altas, los tiros ganadores con la derecha, los peloteos largos, todo lo que le gusta a Rafa, como se siente más cómodo.

Y con la mente como la fuente principal de energía, Nadal lo hizo de nuevo, a sus 33 años, demostrando que Roland Garros es, simplemente, suyo, que el torneo le perteneces y que pasarán años para que alguien levante el pesado trofeo de los Mosqueteros 12 veces de la forma en la que lo ha hecho el nacido en Manacor.