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Presuntos asaltantes de un bus del SITP fueron condenados a 18 años de prisión

“Ejemplarizante”. Esa fue la expresión que usó un juez en Bogotá para referirse a una dura condena contra dos jóvenes que asaltaron un bus del SITP. Si bien los sujetos no hirieron a ningún pasajero, solo se llevaron dos celulares y no registraban antecedentes penales, para la justicia esta problemática delincuencial —que se ha vuelto pan de cada día para quienes apuestan por el transporte público— no puede seguir pasando de agache y requiere drásticas sanciones. De allí que les haya impuesto una pena de 18 años y seis meses de prisión, casi la misma que se impone por un homicidio simple.

Los hechos se remontan a la noche del 6 de diciembre de 2017, cuando Jhon Fredy Penagos Gómez y Jhonatan Yezid Rodelo Bedoya, ambos de veinte años, protagonizaron un atraco masivo en un bus zonal del SITP, que transitaba por la carrera 9 con calle 108, en el norte de la ciudad. En el robo participaron además dos menores.

Según la investigación, los cuatro abordaron el vehículo y, armados con cuchillos, amenazaron a los veinte pasajeros y al conductor. Con lo que no contaban era que entre sus víctimas había un militar uniformado, por lo que, intimidados por su presencia, apenas alcanzaron a robar dos teléfonos celulares y emprendieron la huida.

La coartada ya la tenían definida. Muy cerca al lugar de los hechos parquearon un taxi —que en ese entonces manejaba Penagos Gómez— y la idea era escapar haciéndose pasar por usuarios. Sin embargo, cuando descendieron del SITP y corrieron hacia el vehículo, las voces de auxilio de sus víctimas alertaron a las autoridades.

Dos policías que patrullaban el lugar atendieron el llamado y lograron llegar al taxi, pues los delincuentes contaron con tan mala suerte (o las víctimas con tan buena fortuna) que el vehículo nunca encendió. Según el testimonio de uno de los uniformados, los cuatro jóvenes estaban bastante agitados y al ser interrogados respondieron que estaban empujando el carro.

Al margen de la caricaturesca explicación, tras una inspección los patrulleros encontraron en el carro los teléfonos robados, avaluados en $1’650.000, y debajo de una de las sillas un arma blanca. Por todo esto, el juez 56 penal, con función de conocimiento, los condenó por hurto calificado y agravado, sumado al uso de menores de edad para la comisión del delito. Este último detalle no lo pasó por alto el juez, quien reprochó vehementemente la actuación de los dos sujetos al vincular a menores para el hurto.

“Es un grave atentando contra los menores, que reclaman protección constitucional. Con su vinculación buscaban asegurar el resultado criminal y lograr impunidad, distrayendo además la atención de la administración de justicia, hecho que resulta morboso”, enfatizó el juez en la audiencia.

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