La comisión de la verdad, destinada a aclarar el conflicto armado de Colombia
La comisión de la verdad, destinada a aclarar por qué el conflicto armado de Colombia degeneró en la victimización de más de ocho millones de personas, fue inaugurada por el presidente Juan Manuel Santos el martes.
La comisión de 11 miembros ya comenzó sus investigaciones preliminares hace meses y se espera que informe al país sobre sus hallazgos en tres años.
La comisión intentará conocer la verdad detrás de las décadas de violencia a través de investigaciones de campo y entrevistas públicas con algunos de los principales actores en el conflicto, incluidos los jefes guerrilleros y paramilitares.
“Hoy damos un nuevo paso en la construcción de la paz y en el respeto de los derechos de las víctimas”, dijo Santos en la ceremonia de inauguración.
El jefe de la Comisión, el padre Francisco de Roux y otros 10 investigadores “ayudarán con algo muy importante, que está curando las heridas”, dijo el presidente.
El objetivo del cuerpo es descubrir y decir la verdad sobre el conflicto como un todo para apoyar los esfuerzos de reconciliación y evitar la repetición. La comisión no investigará crímenes individuales ni impondrá justicia por la cual un tribunal de crímenes de guerra entró en vigor.
Los líderes del grupo guerrillero desmovilizado de las FARC y algunos de los líderes de las AUC, el grupo paramilitar que se desmovilizó bajo el mandato del ex presidente Álvaro Uribe, acordaron cooperar con la comisión.
Para facilitar la búsqueda de la verdad por parte de la comisión, los testimonios presentados ante el organismo no pueden ser utilizados en casos judiciales.
La comisión de la verdad y el tribunal de crímenes de guerra siguen siendo muy controvertidos entre sectores firmemente conservadores en la política y el sector privado.
El senador Ernesto Macia, un aliado de la extrema derecha Uribe, llamó a De Roux un “sacerdote guerrillero” y citó que el proceso de paz busca “entregar el país a las FARC”.
Las víctimas, sin embargo, han elogiado la entrada en vigor de la comisión de la verdad y el tribunal de crímenes de guerra con la esperanza de que sus derechos sean reivindicados después de décadas de casi absoluta impunidad.
