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Fluminence hundio a Nacional en el Maracaná

Fue un comienzo frenético encabezado por alguien que tuvo un inicio precoz en competencias internacionales. Fueron 12 minutos como nunca antes para Fluminense, fue una noche perfecta para Joao Pedro, el jugador de 17 años que no quiso ir al torneo Esperanzas de Toulon con Brasil para jugar la Copa Suramericana con su equipo. Y qué mejor premio que tres goles frente a Atlético Nacional, que jugar su mejor partido en lo poco que lleva de carrera y, de paso, darle una mano al club de Río de Janeiro que este jueves pasó por encima del colombiano para derrotarlo 4-1.

El primer tanto fue al minuto tres de juego, el segundo al ocho y el tercero, de Luciano, al 12. Todos por descuidos de los defensores verdes, por virtudes de los atacantes. Ya después vino la tripleta del juvenil tras un cabezazo que se estrelló en el palo y que, para su suerte, le quedó para cerrar el marcador, para vencer otra vez a José Fernando Cuadrado, un arquero al que le llegaron poco, pero de qué manera.

Fluminense fue efectividad pura, fue fútbol y fue orden. Y también ataque, mucho, demasiado para Nacional que a duras penas despertó luego de los primeros 20 minutos de juego, cuando una pena máxima concretada por Hernán Barcos (tras una infracción sobre Deiver Machado) sirvió de aliciente momentáneo para apaciguar lo que estaba sucediendo en el Maracaná.

Pero no hubo mejora y Paulo Autuori, que hace poco fue ratificado por las directivas del conjunto paisa, empezó a caminar menos, y se tomó más el rostro, y no supo qué hacer ni a quién mandar a la cancha. De haber tenido cinco cambios los hubiera utilizado todos, pues su defensa estaba desorganizada, los volantes de marca no marcaron, los laterales no salieron y arriba Barcos, el solitario Barcos, no tuvo cómo acercarse a la puerta contraria.

Y sí, Nacional tuvo un par de llegadas, pero también tuvo que controlar otras, como el penalti detenido por Cuadrado para que el marcador no hubiera sido un 5-1, que en realidad no hubiera cambiado mucho las cosas, pues desde los tres primero tantos la esperanza de seguir de remontar en Medellín es casi nula. Y eso que José Fernando atajó un par más, por pura dignidad, por pura inercia, pues el daño ya estaba consumado.

Fluminense, de la mano de un juvenil, le dio un golpe certero a un equipo que ya venía tocado y que demostró que el mal momento en el torneo local lo hizo sufrir más de la cuenta en la cita continental.

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