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Este martes, un juez dará el veredicto en el proceso contra hermanos Uribe Noguera

Luego de casi dos años, el proceso contra Catalina y Francisco Uribe Noguera, hermanos del confieso asesino de la menor Yuliana Samboní, está llegando a su etapa final. Este martes el juez 46 Penal del Circuito dará un veredicto sobre el futuro de los sindicados de ayudar e incubrir a su hermano Rafael en el crimen de Yuliana Samboní.

En el proceso, que ha incluido restricciones para que los hermanos salgan del país, así como la colaboración de las autoridades de Estados Unidos en la práctica de pruebas, el juez evaluará las pruebas que en las últimas semanas ha presentado tanto la Fiscalía como la defensa de los hermanos, en la que se hizo una reconstrucción del fatídico 4 de diciembre de 2016.

Dentro de las pruebas se tuvieron en cuenta testimonios, informes y chats, con los que la Fiscalía intenta demostrar que, más allá de atender y cuidar a su hermano, incurrieron en maniobras que escalaron hasta la ilegalidad, con tal de desviar la investigación de las autoridades. Por estas pruebas recolectadas, el ente acusador les imputó a los hermanos los delitos de encubrimiento por favorecimiento, sumado a alteración o destrucción de pruebas.

Una de las evidencias clave es la declaración de Max Rodríguez, empleado de una agencia estadounidense, que logró recuperar conversaciones y chats entre la familia Uribe Noguera, así como las llamadas que salieron del celular de los acusados. Ese informe concluyó que los hermanos borraron los mensajes que se enviaron el día de los hechos.

Para la Fiscalía, con este actuar, ellos “pretendieron evitar que la autoridad tuviera acceso a la información y fuera usada como medio cognoscitivo en la investigación de los hechos perpetrados por Rafael Uribe Noguera”.

Por su parte, la defensa presentó los testimonios de Francisco y Catalina Uribe Noguera quienes han intentado probar que ellos, en medio del caos y la zozobra de la situación, actuaron bajo los engaños de Rafael y no entorpecieron el actuar de los investigadores, ni eludieron a las autoridades.

Frente a la supuesta manipulación de los celulares, los abogados de los hermanos argumentaron que, lejos de tratar de eliminar información relevante para el caso, eliminaron las redes sociales tras la avalancha de amenazas e insultos que recibieron tras hacerse público el crimen.

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