Internacional

Diez músicos indígenas fueron asesinados a tiros y quemados en una emboscada en el oeste de México

Diez músicos indígenas fueron asesinados a tiros y quemados en una emboscada en el oeste de México que se cree que fue llevada a cabo por un cartel de drogas, dicen las autoridades. Los miembros del grupo indígena Nahuas regresaban de una fiesta cuando fueron atacados en la ciudad de Chilapa en el estado de Guerrero, las víctimas, todos hombres, tenían entre 15 y 42 años.

Se culpó al ataque del cartel de Los Ardillos, que frecuentemente ataca a los pueblos indígenas de la zona. Las víctimas, parte del grupo Sensación Musical, regresaron a su comunidad de Alcozacán el viernes después de tocar el día anterior, dijo David Sánchez Luna, coordinador del grupo indígena regional conocido como CRAC-PF.

Los pistoleros atacaron su vehículo alrededor de las 14:00 hora local (20:00 GMT) en Mexcalcingo, dijo. Cuando se encontraron los cuerpos, fueron irreconocibles. Después de que las autoridades se negaron a entregarlos a las familias, cientos de indígenas bloquearon una carretera el viernes por la noche, informó el periódico La Jornada.

La fiscalía de Guerrero dijo que estaba investigando el caso.

Guerrero es uno de los estados más violentos de México, donde las bandas de narcotraficantes luchan por el control de las rutas de tráfico hacia el Pacífico y otras partes del país. Los Ardillos se han relacionado con docenas de muertes en los últimos meses, incluidos muchos pueblos indígenas, según los medios locales.

El presidente Andrés Manuel López Obrador ha optado por un enfoque no confrontativo de los carteles, enfocándose, en cambio, en abordar la desigualdad central en sus esfuerzos bajo una política denominada “abrazos, no balazos”: abrazos no balas.

Pero esta política ha recibido críticas después de varios ataques de alto perfil, incluida una emboscada en la que fueron asesinados nueve miembros de una comunidad mormona. El presidente prometió crear una nueva Guardia Nacional para combatir la violencia, pero pocos se han alistado en la fuerza y ​​en medio del temor de ser asesinados en el trabajo.

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