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Descubrieron un agujero negro en nuestra galaxia 70 veces más grande que el Sol

 

¿Cómo de grandes son los agujeros negros creados por el colapso de las estrellas masivas? Los astrónomos han estimado que hay 100 millones de agujeros negros en nuestra galaxia. Hasta ahora se pensaba que su masa no superaba las 15 masas solares. Pero un equipo internacional de científicos, dirigido por el investigador Jifeng Liu, del Observatorio Astronómico Nacional de China (Academia China de Ciencias), ha detectado un agujero negro estelar con una masa 70 veces mayor que la del Sol.

El descubrimiento, publicado esta semana en la revista Nature, ha sido una gran sorpresa. “Los agujeros negros con esta masa ni siquiera deberían existir en nuestra galaxia, según la mayoría de los modelos actuales de evolución estelar –explica Liu–. Ahora los científicos tendrán que aceptar el reto de explicar su formación en un entorno de metalicidad solar (abundancia de elementos más pesados que el helio en una estrella)”. El gigante recién descubierto se encuentra a 15.000 años luz de la Tierra y recibe el nombre de LB-1.

Hasta hace pocos años, los agujeros negros de origen estelar solo podían ser descubiertos cuando engullían el gas de una estrella compañera. Este proceso crea potentes emisiones de rayos X, detectables desde la Tierra, que revelan la presencia del objeto colapsado. Sin embargo, la gran mayoría de los agujeros negros de la Vía Láctea no están devorando materia en este momento y permanecen en completa oscuridad. Por eso, solo se han podido identificar y estudiar, hasta ahora, dos docenas de agujeros negros entre los 100 millones que pueblan nuestra galaxia.

Jifeng Liu y sus colaboradores utilizaron una técnica diferente para encontrar nuevos agujeros negros. Observaron el cielo con el telescopio óptico LAMOST de 4 metros en el noreste de China para buscar estrellas que orbitan alrededor de un objeto invisible, arrastradas por su gravedad. Esta búsqueda no es una tarea fácil: como mucho, una estrella entre mil puede estar orbitando un agujero negro. Es como tratar de encontrar una aguja en un pajar.

Los recientes desarrollos tecnológicos de los telescopios y detectores han hecho posible esta búsqueda, más de 200 años después de que el visionario científico inglés John Michell propusiera, por primera vez, dicha técnica. Los telescopios más grandes existentes, el Gran Telescopio Canarias (GTC), también conocido como Grantecan, de 10,4 metros, en el Observatorio del Roque de los Muchachos (La Palma, España), y el telescopio Keck de 10 metros, en el Observatorio Mauna Kea (Hawái, Estados Unidos), se utilizaron en el seguimiento de LB-1 y para poder determinar los parámetros físicos del sistema.

“Estas observaciones han sido posibles gracias a la gran superficie colectora de luz de Grantecan y a su modo de observación altamente flexible, que ha permitido un seguimiento intensivo de la fuente durante varios meses”, añade Romano Corradi, director del telescopio Grantecan.

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