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Bucaramanga en alerta por presencia del caracol africano

 

Las autoridades del Área Metropolitana de Bucaramanga (AMB) alertaron que en lo que va de 2019 han recolectado seis toneladas de caracol africano en Bucaramanga y su área. Los puntos más comunes de recolección del animal son las zonas verdes de barrios e instituciones educativas. 

“Hay muchos factores y uno de ellos es el clima. Este año las lluvias han sido muy generosas lo que ha hecho que el molusco aparezca con mayor facilidad. Normalmente desaparece en los tiempos de sequía, pero cuando llueve es más fácil por la humedad”, dijo Guillermo Cardozo, subdirector ambiental del AMB.

 

El pasado 2 de octubre se realizó una jornada de recolección del molusco en los antejardines y áreas comunes del barrio Villa Alicia de Bucaramanga. En total se recolectaron más de 100 de estos animales.

 

El funcionario manifestó que la cifra podría disminuir teniendo en cuenta que “que se trata de la reproducción de una tercera generación de caracol gigante, por lo cual disminuye el peso y tamaño de cada espécimen capturado”. En 2017 se recolectaron 25 toneladas y en 2018, tres toneladas.

El AMB hizo un llamado a la comunidad para que informe oportunamente sobre la presencia del caracol y atienda las recomendaciones sanitarias en el caso de una manipulación directa. Se deben usar guantes de látex para evitar el contacto directo de la baba que expide el molusco con la persona. Una vez se haya informado al correo electrónico info@amb.gov.co, el AMB establece el cronograma de recolección y se encarga de la disposición final que consiste en depositar el espécimen en un recipiente plástico, arrojarle sal e incinerarlo.

El caracol gigante africano (Achatina fulica) es una de las 100 especies exóticas invasoras más dañinas y reconocida en todo el país como una plaga que afecta la biodiversidad, la salud pública y la productividad agrícola.

El investigador Fabio Andrés Parra, magíster en Enseñanza de las Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad Nacional de Colombia, afirmó que el país no cuenta con un programa de control efectivo que impida el ingreso de estas especies, reconocidas como nuevas plagas para la economía agrícola nacional.

 

Esta especie puede cobijar nematodos, parásitos que se alojan en tejidos fibromusculares y secreciones de baba del animal, los cuales pueden causar diversas afecciones, como meningoencefalitis eosinofílica y angiostrongiliasis abdominal en humanos, transmitida por la lombriz Angiostrongylus cantonensis, que parasita en los pulmones de las ratas.

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