Internacional

290 muertos dejo sangrienta jornada en Sri Lanka

Tras una serie de atentados que golpearon tres iglesias en las que católicos celebraban el Domingo de Resurrección, cuatro hoteles y un complejo residencial, la isla de Sri Lanka cerró este domingo la Semana Santa con una sangrienta jornada que dejó 290 muertos, entre ellos una treintena de extranjeros, y cerca de 500 heridos, según confirmaron las autoridades en la noche de este domingo.

Las seis primeras explosiones, algunas de ellas de tipo suicida, ocurrieron de forma simultánea, muy temprano en la mañana, en tres hoteles de lujo en Colombo y también en una iglesia de la capital, otra en Negombo, y la tercera en la oriental ciudad de Batticaloa.

Las imágenes que enviaban las agencias internacionales y las que se movían en las redes sociales de los lugares siniestrados mostraban la magnitud de la tragedia, con una de las iglesias con el techo semidestruido, escombros y cuerpos esparcidos, mientras la gente trataba de socorrerlos.

“Escenas horribles. He visto miembros arrancados esparcidos por todos lados. Equipos de emergencia están desplegados en su totalidad en todos los puntos. (…) Hemos llevado a muchas víctimas al hospital, esperamos haber salvado muchas vidas”, relató en Twitter el ministro para las Reformas Económicas, Harsha de Silva.

Horas después, una séptima detonación tuvo lugar en un pequeño hotel situado a unos cien metros del zoológico de Dehiwala, a una decena de kilómetros al sur de la capital; y la última, en un complejo residencial en Dematagoda, también en Colombo.

Los muertos en las primeras explosiones ascienden a 285 y los heridos, a 500, mientras que en las otras dos explosiones se produjeron cerca de cinco muertes más, tres de ellas de agentes, según afirmó el portavoz de la Policía de Sri Lanka, Ruwan Gunasekara.

“Fue un torrente de sangre”, dijo N. A. Sumanapala, un comerciante al lado de la iglesia de San Antonio en la capital de Colombo, atacada por la mañana. “Corrí adentro para ayudar. Me encontré al sacerdote que salía cubierto de sangre”.

Al menos 32 extranjeros se encuentran entre los fallecidos y treinta más están hospitalizados, detalló el presidente de la Autoridad de Desarrollo del Turismo, Kishu Gomas. Entre los muertos, anotó, hay nacionales de Bélgica, Estados Unidos, China y el Reino Unido.

Un ciudadano de Sri Lanka que se había registrado en el hotel la noche anterior bajo el nombre de Mohamed Azzam Mohamed hizo estallar una bomba en la fila de gente que aguardaba el bufet de Pascua del restaurante. “Eran las 8:30 de la mañana. Había muchas familias”, contó uno de los empleados. “El kamikaze, con un plato en la mano, se digirió al principio de la fila y se hizo estallar”, agregó. “Un gerente que recibía a los clientes forma parte de los que murieron instantáneamente (…). Era el caos total”, precisó.

Tras las explosiones, el Gobierno decretó el estado de emergencia y la Policía impuso el toque de queda con efecto inmediato ante el temor a nuevos ataques. También anunciaron el arresto de 13 sospechosos de estar vinculados con los ataques, sin dar mayores detalles.

Hasta este domingo en la noche, ningún grupo armado había reclamado la autoría de los atentados, mientras que las autoridades se limitaron a clasificarlos como ataques “extremistas” e insisten en prestar mucha atención a la difusión de noticias falsas que puedan generar confusión o actos de represalia contra algún grupo étnico o religioso. WhatsApp, Viber y Facebook fueron bloqueados temporalmente, mientras que las redes móviles e internet están saturados y apenas funcionan.

El Ministerio de Educación informó, además, el cierre de todos los colegios del país para hoy y mañana, y el Banco Nacional de Sangre pidió a los ciudadanos que dejen de acudir en masa a donar, pues contaba ya con suficientes reservas.

Anoche, haciendo un resumen de la jornada, el primer ministro del país, Ranil Wickremesinghe, reveló que las fuerzas de seguridad habían recibido avisos de posibles ataques en el país, “pero no se le prestó la suficiente atención al asunto”, algo que debe ser investigado. “Pero antes que nada, lo que debemos hacer es asegurarnos de que no se desestabiliza el país”, sentenció.

De un extremo al otro del mundo, las condolencias y los llamados a defender la libertad religiosa o a luchar contra el terrorismo se fueron multiplicando tras los lamentables hechos que ocurrieron en este país, donde son frecuentes los ataques con fines étnicos y religiosos.

Horas después de los ataques, artificieros del Ejército de Sri Lanka detonaron de manera controlada un explosivo localizado en las proximidades del principal aeropuerto internacional del país. La terminal aérea se encuentra en alerta máxima.

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